Nos comportamos como islas.
Estoy de mudanza. La mayoría de relaciones que he mantenido durante años no me compensan.
Aquell@s personas con quienes contaba, hoy, se me revelan como cínicas, narcisistas, racistas, machistas, materialistas…
Y, no me es ajeno. Si he mantenido esas relaciones durante tanto tiempo es porque yo “era” así. Y digo “era” porque ahora, lo veo y me resulta molesto. No lo quiero para mí.
Así que…
Me voy, volando por ahí
Todo lo que nos rodea, son símbolos, imaginarios sociales e identificaciones simbólicas que determinan nuestra conducta y de las que no somos conscientes, pero reflejan nuestro deseo y malestar, nuestra condición humana.
¿Qué quiere decir esto?
Veamos como ha ido cambiando la muestra estética de la Semana Santa.
El motivo de su reproducción anclada en nuestras tradiciones es el Sacrificio de Jesús para lavar los pecados de la humanidad y el perdón.
Esto ha derivado a un espectáculo donde el acento se pone en la tortura del que es llevado a la cruz.
Para sacrificarse es necesario, al menos, un motivo mayor que uno mismo. La tortura es explícita, entendible a través de las relaciones de poder. Al ubicarla en El Otro es más fácil digerirlo, semilla del cinismo que, sin embargo, naturaliza la opresión y el sufrimiento. Su giro más retorcido: Goza el sufrimiento en vida para conseguir el reino de los cielos.
ÉL lo hizo por ti.
Cada año, seas creyente o no.
Ya forma parte de ti.
La historia, tal como es recreada, sólo permite completar una respuesta hallada en el texto porque la doctrina del Poder carga sus tintas en el Miedo, y el mensaje tras la Tortura tiene una función pedagógica; -Mira como acaban los que no se someten.
Pero… si ponemos el acento en el Sacrificio, esto se complica.
Sacrifícate por algo más grande que tú mism@. Encuentra tu motivo.
Aunque fuese la lectura más honesta, no es conveniente, plantaríamos la semilla de la Disidencia.
De la más honesta disidencia. [,]
Soy disidente. No siempre, no a cualquier precio. Lo soy porque me conozco no porque quiera serlo. Por esto, hay lugares a los que no debo, ni quiero acceder. Aros de fuego por los que no puedo saltar porque tengo la cabeza muy grande. Y aunque lo hiciese sólo fingiría que me lo creo.
Hace tiempo decidí caminar con mis pies, pensar por mí, permitirme sentir y hablar con mis palabras. Por eso soy disidente, es un compromiso conmigo mismo y a su vez con lo que nos es común. Sólo puedo ser disidente por aquello que me comprometo y que es más grande que “mi mismo” (Self REAL).
Soy disidente, no siempre, no a cualquier precio.
Y estoy, convencido de ir
Los hay que no descansarán hasta que el reino de los cielos se haga en la tierra. Con sus gentes y entre sus gentes. Sin Mesías ni Profetas.
Sacrificio.
Tal vez, Judas fue el verdadero protagonista trágico de la historia: Su amor era el mayor de todos y ésta fue la razón de que Cristo lo considerara lo suficientemente fuerte para cumplir la horrible misión de traicionarlo, garantizando así el cumplimiento de su destino (la crucifixión). La tragedia de Judas le llevó a que, en nombre de la CAUSA, se dispusiera a poner en peligro tanto su vida como su nombre póstumo.
Sabía con creces que pasaría a la historia como aquel que traicionó al Salvador. Estaba dispuesto a soportar incluso esto para cumplir la misión de Dios.
Sabía con creces que pasaría a la historia como aquel que traicionó al Salvador. Estaba dispuesto a soportar incluso esto para cumplir la misión de Dios.
Jesús usó a Judas como un medio para lograr su objetivo, sabiendo muy bien que su propio sufrimiento se transformaría en un modelo que imitarían millones, en tanto que el sacrificio de Judas es pura pérdida sin ningún provecho narcisista.
Me voy, silbando y sin rencor
Dad la bienvenida al Mesías de los Tiburones.
En un estudio publicado en el "Journal of Fish Biology", científicos aseguran que las pruebas de ADN confirman que la cría que llevaba un tiburón hembra en el acuario de virginia no tenia material genético procedente de un macho. El único caso documentado anteriormente fue el de un pez martillo en el zoo de Omaha. [1]
No somos islas. Y por más que las evidencias me demuestren lo contrario prefiero obstinarme en este error.
Y estoy, zafando del olor.
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