Fantasmas de la exclusión (Parte 3 de 4)

Menores migrados. La dignidad a la deriva.
Edu GRIÑAN (Colectivo La Xavaleria)

La presente intervención se centra en un trabajo de final de carrera centrado en menores inmigrantes no acompañados. Cuatro historias de menores en centros de acogida, a través de la intervención de la DGAIA, CRAE y en la calle.
Dichas instituciones, albergan, vigilan y controlan a estos chicos organizando todos sus quehaceres diarios y en la gran mayoría de casos sin contacto con el exterior. Los chicos inmersos en los circuitos de atención asistencial y reclusión desarrollan estrategias de resistencia. Sin embargo, los “actores” no son marionetas ni están determinados por las condiciones impuestas de la institución… siempre queda ése lugar íntimo, lleno de posibilidades, que es ¿la imaginación?

Actualmente es común la falta de empatía y el rechazo a estos menores (inmigrantes no acompañados), estigmatizados como delincuentes en potencia, apoyando la segregación y criminalización.
La falta de responsabilidad conlleva una dudosa y transitoria acogida que únicamente se vuelve eficiente a través de la detención por parte de los mossos, hayan cometido, o no, un delito. Es suficiente con no disponer de “papeles”, pero la etiqueta impuesta y ellos mismos comienzan a definirse como delincuentes.

El discurso actual homogeneiza y clasifica todo tipo de marginalidad para justificar la intervención social. El entramado administrativo de control genera desconfianza, más cuando la ética pasa a un segundo plano. Actividades como las dispuestas por la DGAIA mediante pruebas médicas constantes para determinar la edad de los menores, las repatriaciones, la prohibición de entrar en el país durante cinco años o la medida acuñada como “Desamparo preventivo”.
Dicha medida supone un parón considerable que puede durar años y durante este tiempo los chicos no pueden estudiar, salir, disponer de ocio… no hasta que la DGAIA determine si son repatriados o asuma su tutela. Durante este transcurso no pueden obtener el permiso de residencia. Si se demuestra que son mayores de edad serán repatriados o abandonados en la calle con un pasaporte de menor de edad sin permiso de trabajo.

Esta incertidumbre es el caldo de cultivo necesario para el consumo de tóxicos y la delincuencia, lo que a su vez es utilizado como justificación para tratar al menor como predelincuente.

Fantasmas de la exclusión (Parte 2 de 4)

Dispositivos de “reeducación” y “reinserción social”: una aproximación al higienismo de nuevo cuño
Marta VENCESLAO (UNAM, México DF)

Las premisas del trabajo social educativo se desarrollaron fuera de los dispositivos formales de educación (CRAE, DGAIA, Justicia Juvenil, UEC…) No son educativos o con finalidad educativa.

La tendencia actual Neoliberal refuerza el cientifismo del s.XIX y sus premisas higienistas.
La búsqueda de transparencia y control de la clase obrera tomada como objeto de estudio. Clasificación e intervención como arma de defensa y control. Un baluarte contra la miseria moral de los estratos sociales bajos y el deslizamiento de premisas médicas al ámbito social. De este modo, el léxico clínico traspasó al campo social cotidiano (prevención, cuarentena, aislamiento, atención primaria, secundaria, terciaria…) Aportando también mecanismos de vigilancia, de reeducación y rectificación.

La disciplina en el ámbito escolar no se basa en una coacción física, su diseño por sí mismo conforma espacios de segregación disciplinada. La pedagogía para los sujetos que muestran disentimiento supone el enderezamiento de los que quedan fuera de las normas, la pedagogía social, entronizando el derecho de todo sujeto a incorporarse a la sociedad. El control es especialmente disciplinario mediante la filantropía de lo políticamente correcto, de las Competencias y Habilidades Sociales para generar tácticas y estrategias como soluciones de contención para los excluidos sociales.

Este Neohigienismo se basa en varias dimensiones;

Propedéutica y hermenéutica del sujeto
Sujetos incapacitados. El sujeto es objeto de intervención. Interpelado como alguien necesitado, interiorizado, perdido, desdichado, el cual debe ser protegido y el criterio profesional sabe lo que le conviene.
La tarea a llevar a cabo será la de corregir la personalidad del inadaptado, convertirle en una persona disciplinada incidiendo en su interior.

La ilusión del sujeto perspicuo
Es posible escrutar el alma del individuo inadaptado. Su alma es transparente y moldeable. Dispone de dinámicas oscuras que marcan su comportamiento. Los educadores son capaces de reconocer su comportamiento y corregirlo a través de la obediencia a la normativa institucional.
Lo resultante es la pedagogía cuartelaria “Berfeed”, vigilancia constante y control.
 
La pasión entonómica
Reimplantación positivista. Delimitar categorías sociales como si de un orden natural se tratase, clasificación conceptualizada como estigma: “joven en riesgo social”, “familia disfuncional”… Conceptos que se presentan como una realidad en si misma, objetos capturados por la malla de intervencionismo positivista.
La teoría se instituye como representación que inhabilita el encuentro con el otro desde categorías omniexplicativas (dan cuenta de su comportamiento, necesidades, evolución, etc.)
Bajo estas coordenadas la intervención directa sobre el sujeto crea la imagen del individuo inadaptado con un destino social que se le adjudica. La finalidad, apaciguar.

El enfermo puede ser curado, el inadaptado sólo disuadido.

Tenemos pendiente hacernos conscientes de los nuevos disfraces del control disciplinario problematizados por espacios genuinamente educativos, con la finalidad de poder trazar nuevos recorridos.


Fantasmas de la exclusión (Parte 1 de 4)

Conferencia “La contribución de las instituciones educativas en la producción social de inmoralidad: la exclusión de la dignidad, de la disidencia y del disentimiento”, pronunciada el 20 de Noviembre a cargo de:

La educación superior: menosprecio y atontamiento. Fernando GONZÁLEZ PLACER (UB)
Dispositivos de “reeducación” y “reinserción social”: una aproximación al higienismo de nuevo cuño. Marta VENCESLAO (UNAM, México DF)
Menores migrados. La dignidad a la deriva. Edu GRIÑAN (Colectivo La Xavaleria)
La dignidad como exclusión. Joan Carles MÈLICH (UAB)

Me pareció muy interesante y oportuna por lo que a continuación haremos una breve síntesis de lo que allí se dijo (procurando ser lo más fiel posible a sus palabras y sus ideas).

La educación superior: menosprecio y atontamiento.
Fernando GONZÁLEZ PLACER (UB)

Vivimos una exclusión colectiva de la posibilidad de hacer mundo. La exclusión no se conjuga en tercera persona, ni es hábito de minorías, nos ocurre a todos.
La exclusión forma parte de la experiencia cotidiana, como consumidores y en base a que sólo reproducimos el orden existente. La historicidad se aleja de nuestras manos, de nuestra posibilidad de hacer.

¿Cuál es la contribución de la educación?.
La educación se encuentra imposibilitada y ha degenerado en un servicio que categoriza y humilla.

Desde el ámbito técnico se sacralizan eufemismos pedagógicos (innovación, diseño, actualización…) se instaura un feudo cognitivo producto del dominio ideologico que impera en la escuela, paradigma técnico-científico, instrumental.
Su resultado más visible es la burocratización del sistema y la REPRODUCCIÓN PACÍFICA.

El actual menosprecio y atontamiento de la educación superior ante el proceso de Globalización (apertura de todos los servicios y actividades de la sociedad al mercado, derechos sociales, ocio, artes, TV…) es el final de la idea misma de servicio público.
Bolonia muestra esta cara oculta en tanto que alberga intereses empresariales apoyados en la actual tendencia Neoliberal, la cual, sume la universidad en una dinámica existencial y asistencial que fragmenta procesos y habilidades, precariza, burocratiza y desinternaliza la educación.


La erosión de la universidad excluye lenguajes como la poesía, el ensayo, el arte. Filosofía, Sociología, Pedagogía… Es un saqueo y menosprecio del pensamiento

El uso instrumental del lenguaje pedagógico convierte todo concepto en significante fetiche (Habilidades procedimentales, centros de interés, ZDP, equipos docentes, trabajo en grupo, plan educativo, objetivos…)
En su momento de explosión algunos de estos conceptos suponían una energía vivificante al mostrar cosas que podían ser nombradas, sin embargo, hoy, dichos tecnicismos al ser nombrados por los profesores/as estructuran las condiciones de QUÉ y CÓMO debemos pensar.
El uso de términos pedagógicos ha sido liberado del contenido riguroso de su conocimiento y pensamiento.

La inteligencia entendida como capacidad de reflexión y discurso de pensamiento se encuentra lejos de asimilar información y conjugar la comprensión de las distintas imágenes que componen la realidad. Lejos el vinculo comunitario que supone la relación maestro-discípulo. Lejos de desarrollar virtudes como el coraje, la tenacidad y el deseo de plantear preguntas y obtener o buscar respuestas.
De este modo, la discursividad pedagógica actual se ciñe a espectros como las habilidades, o las competencias programadas y secuenciadas. Nos encontramos ante la evaluación cínica de contenidos secuenciados y programados como si fuesen viajes organizados. Paquetes de conocimientos que proporcionan emociones previsibles y competencias precisas.
Ante ello, la dificultad de encontrarse con lo desconocido, transformarse. Siempre encorsetados y acotados por el Qué, Cómo y en cuanto tiempo hay que verlo.

No podemos ser compañeros de viaje porque no hay viaje sino clientes. Es, a lo sumo, un viaje simulado.

A filosofar se aprende filosofando, a pensar se aprende pensando, situándonos en la turbación, en la duda no en la marcialidad de andar siempre con la cabeza muy alta.
Hay atontamiento donde una inteligencia se encuentra subordinada a otra inteligencia. Ya la escolarización muestra su renuncia ante lo que es la principal obligación: Aprobar.
Aprobar antes que comprender, donde la inteligencia del alumno no sirve frente a la del profesor, ni su vocabulario o sus dudas. Del mismo modo, el/la docente tiene la obligación de precisar dónde está la lección y para qué servirá. El contenido se lee como un material informativo adoctrinador, encorsetado por criterios de eficiencia instrumental.
Ante semejante desbarajuste, la Universidad es ejemplo de lo que no podemos hacer. Dispositivo de capacitación para individuos tan cívicos como flexibles. Factoría que estipula las habilidades del perfecto ciudadano… déspota, acrítico, conformista.

Saberes y prácticas subordinadas a inteligencias, inhabilitación de la reflexión.
Y, mediante el maquillaje político oportuno, simular la puesta al día democratizada de la Universidad.

¿"Realities" pedagógicos?

Un grupo de “jóvenes” permanece en un internado llamado San Severo que simula las condiciones educativas y disciplinarias de la escuela del 63. Los chicos deberán adaptarse a sus normas y los más aptos recibirán el titulo honorífico de alumno modélico de San severo.

La edición que se retransmite en abierto recoge teóricamente los momentos más interesantes. Dichos momentos se encuentran totalmente centrados en las emociones vividas por los participantes y sus disputas, entre y con los profesores.

Recreación de escenas artificiales. Oportunismo. El formato del Reality se puede adaptar a cualquier temática.
La carnaza para este tipo de espectáculos es fácil de conseguir y rentable. No necesitan formación, no desempeñan ningún rol especializado y se les puede pagar con la fama inmediata y pasajera.
Una promesa que hace soñar despierto.

–Gracias por este sueño!!

No es una escuela, sólo dispone de sus muros, no hay profesores ni alumnos aunque así se les llame. No reproduce ni de forma parcial la educación, los símbolos (religiosos) y las formas autoritarias de la escuela del 63 de clase media-alta (porque eso seria el San Severo).

El mayor conflicto que presentan los alumnos es que les corten el pelo o no disponer de móvil, son los perfectos ciudadanos del s.XXI, acríticos, malhablados, conformistas y déspotas. Unos "jóvenes", no los JOVENES ni la JUVENTUD.
Y por supuesto, el medio y su deseo por la audiencia... siempre centrando su mensaje en la polémica, el conflicto y el morbo, tachando cualquier tipo de actividad profesional educativa que pudiese contener el formato.
¿Por qué?
Porque clase del 63 no ha tenido ni tiene finalidad pedagógica alguna.





Clase del 63 tiene el mismo contenido pedagógico que el primer trabajo del director del San Severo en educación.
-Cuidado Matías que no tienen disciplina y son contagiosos!!


La televisión no tiene sentido… ¿o si? (Parte 2 de 2)

"Ir del significante al significado es entender.
Ir del significado al significante es expresarse".

La elaboración del discurso mediático es subjetivada.

Entonces, dada la falta, el vacío en el discurso que es cerrado por el Otro-receptor, ¿Cómo puede tener sentido? ¿De qué modo las modas machacadas en televisión se instauran en sociedad y se convierten en temas de conversación, muletillas, etc… en definitiva, traspasan al umbral del imaginario social simbólico?

En síntesis, mediante el control o mantenimiento del orden simbólico.

El discurso de los medios se estructura manteniendo un orden, el del lenguaje, integrando palabra, sonido e imagen, dirigiéndose a cada universo social consciente de que hay cosas que pueden decirse y otras que no.
Reproducción a gran escala de estereotipos, prejuicios y modelos dominantes. La televisión se erige como exteriorización de la neurosis social aportando la suya propia.

Mediante el recurso rey de la dramatización y el histrionismo relativiza y banaliza cualquier contenido que se disponga a tratar. La inmediatez convierte en noticia lo irrelevante, sacrifica lo importante postrando la reflexión.

La sociedad líquida se licua a través de la pantalla del televisor.
Universos sociales, estereotipos, dramatización… El discurso mediático genera opinión, se adapta y no sacia sino que crea nuevas necesidades.

El discurso dominante y su contradiscurso fundamentan la existencia ideológica del medio, y, en esta tensión fingida, complementaria, siempre encontraremos un “significante amo”.
La imagen, generadora de opinión, muestra su fuerza simbólica como verdad elemental por encima de todo rigor. No se trata de lo que es sino de lo que parece. La imagen como significante amo.
La ideología, condición de toda posibilidad para aquello que se ve, lo que no se ve, cómo y cuándo, su significante rígido.

El control es absoluto.
En este punto, en ese vacío del discurso que confiere autoridad a la imagen, donde se movilizan opiniones y se inocula ideología. Desde ahí la televisión sí tiene sentido.


La televisión no tiene sentido… ¿o si? (Parte 1 de 2)

El discurso ideologizante no atiende a contradicciones, es la contradicción misma, el vacío del discurso. Autoritario, sin sentido.

Sólo a través de la televisión nos permitimos asumir que se nos diga:

Palabras que se presentan sin juicio de valor, una verdad por sí misma.
Palabras a las que nos abriríamos viniendo de alguien en quien realmente confiamos o de cualquier figura autoritaria que imponga su sentido por coacción o “derecho natural”.

En el discurso mediático no hay pausas y acto seguido podremos ver un mono/erizo… asesorándonos para contratar el “mejor” seguro o comprar el “mejor” coche. O una navegante que prefiere traer del futuro un detergente a una vacuna contra el cáncer.

Si esto sucediese en nuestra “realidad” cotidiana pasaríamos a formar parte de la población susceptible de visitar a un psiquiatra, sin embargo en los medios esta recreación resulta agradable, atractiva, creíble. Pero, en todo caso, su lógica es una recreación imaginaria que interpela a los afectos atrapándose y atrapándonos en el discurso de lo oculto. Lo explícito irreal y lo implícito que aun queda por cerrar. Esta apertura al otro es el verdadero hueso de sentido que involucra al espectador. El discurso de los medios necesita y dependen del Otro-receptor. Aquél que se posiciona delante ya sea para adorar o criticar, o simplemente, como el resonar de una compañía ajena.

Los mecanismos psicológicos que envuelven esta fantasía no son menos singulares reproduciendo un sueño compartido. Por decirlo de otro modo, en esta fantasía el loco que se cree rey padece la misma carencia que aquél que se considera rey y es seguido por los otros como tal. De un modo u otro no tiene sentido, pero el ser humano es el único capaz de crear una cultura que lo niega.
Esta modalidad de la psique coloca al espectador-pasivo observando la cultura y los productos de la misma como si le fuesen ajenos y funcionasen por si mismos, el llamado fetichismo de la mercancía. Imposición y mantenimiento de significados que confieren al medio autoridad ideológica.

Su influencia es tal que ya da igual que se crea o no en su discurso porque:
-Lo dijeron en la tele.

La televisión es un fetiche.

Investida de forma afectiva se erige en entidad asemejándose a una institución en su longevidad y discurso autoritario. Pero es precisamente este discurso el que muestra el vacío, la falla constante en su relación con el receptor, supone un vacío de significado que es llenado por el Otro del discurso, situado fuera del mismo.

La televisión sólo existe en función del Otro. Creemos en ella, creemos en su discurso pero de un modo u otro no tiene sentido.

La televisión que amamos

Identificamos el discurso con el aparato (la televisión).
Es otro síntoma de cómo la transferencia simbólica con el aparato nos fagocita.
Cuando pulsas el botón de encendido no es la máquina quien se conecta, te conectas tú.

En los 80 Videodrome auguraba la simbiosis entre el ser humano y la máquina. Más reciente es la también incómoda Faust 5.0.

En ambas una constante; la alienación del ser humano a través de la máquina.

No es una lectura catastrofista sino una forma de elaborar y reflexionar sobre el hecho de que, aquello que tenemos ante nuestros ojos, ES NUESTRO REFLEJO. Lo que deseamos y lo que negamos, de lo propio y de lo que vemos en el otro pero no nos permitimos reconocer.

Nacemos y crecemos con ella.
Hoy es un integrante más de la familia sino el patriarca.
El espacio se organiza entorno a ella y estructura o se adapta a nuestros ritmos de vida.
Crea mitos y los destruye.
Suple y genera necesidades.
Influye y condiciona nuestras opiniones.
Atrapa las emociones, modifica nuestra geografía cerebral.
Y, a pesar o gracias a todo ello, nos divierte, entretiene…

La amamos

En el discurso vertical de quien dice presentar la realidad Eros y Thanatos se dan la mano en una orgía masoquista de estímulos visuales y auditivos
La poesía se escribe con las entrañas y los medios saben cómo ahondar en ellas.

Según Lacan, el sueño es real, más que la falsa realidad vivida. Por ello la televisión no miente...
Tan sólo es el sueño de una sociedad que no se piensa.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...