Som una nació? Epílogo

El 18 de Julio de 2010 tuvo lugar en Barcelona una manifestación con el lema “Som una Nació. Nosaltres decidim” en contra de los recortes que ha sufrido el Estatut de Catalunya. Una manifestación tan mediática y multitudinaria…  como toda manifestación que se lleva a cabo tras invertir lo necesario en copar los espacios “serios” de televisión y fletar cuantos autobuses hagan falta para aproximar la indignación de los ciudadanos al lugar, y la hora señalada por las cámaras.

El Estatut fue triturado en cuanto posó sus páginas en las delegaciones de la Generalitat y a favor de conseguir el consenso entre todos los partidos políticos con capacidad para movilizar al ciudadano de derechas (CIU) y del “no tan a la derecha” (PSUC, IV, EU).
Tras el “consenso” fue licuado por las estancias superiores del Estado Español quedando tan sólo bisutería para el electorado.
Pero, es necesario algo más. Es necesario el beneplácito de la masa. Mostrar que sus políticos y partidos tienen la fuerza de los miserables de su lado para que el Estado español ceda, al menos, en sus reivindicaciones económicas.
De un espíritu voluntarista reformador quedan las migajas que solo permitirán a la clase política mantener su poder durante al menos otra generación.

No hay democracia si lo único que legitima a un partido político es el número de votos (y no importa cómo se consigan) para imponer sus directrices.

Cuando el reconocimiento de la representación política es un principio ajeno a la democracia y desde el momento en que hay representantes “permanentes”, la autoridad, la actividad y la iniciativa política son arrebatadas del cuerpo de ciudadanos para ser asumidas por el cuerpo restringido de la elite política, quienes las emplean con el fin de consolidar su posición y crear las condiciones susceptibles de influir en el resultado de las siguientes elecciones.
Es entonces, cuando interesa que los miserables salgan a la calle. Se enarbolen banderas y se resuciten señas de identidad que ahoguen la razón.

Entre una burguesía tradicional y feudal o una burguesía no capitalista anclada en el estatus.
Hoy, la burguesía continúa construyendo la ideología de la clase trabajadora. Y, aunque democráticamente sea posible, antes se conseguirá la independencia que un cambio social real.

Ómnium Cultural (Omn-is, Omn-e. Todo.) La cultura de todos. “entidad” privada que dice promover la cultura catalana.
Es un instrumento político y sólo cultural en tanto que es producto de determinada cultura, la propia de estamentos de clase alta.
Como antes, lo que es bueno para la burguesía es bueno para Catalunya.
De este modo, la campaña comienza y los ciudadanos de la nueva polis de “centro” muerden el hueso que les lanzan los dinosaurios de una cultura que no respeta su mestizaje ni sus signos.

Pero, siempre hay más.
La conciencia de clase naturaliza y determina en muchos aspectos qué papel cumple el estado, sobre qué se pronuncia y sobre todo, cuando callar.
  • A qué principios efectivos, prácticos, responden sus estamentos legislativo, ejecutivo y judicial.
  • Con quién y de qué modo colaboran los grupos de poder económico y control mediático con intereses vinculados a la política (Véase Ómniun cultural).
  • Cómo afecta y se ramifica el subconsciente de clase en el curriculum oculto.
  • De que modo los procesos de decisión vertical y su desconocimiento por parte de la ciudadanía… dan lugar a la progresiva y eficaz desvinculación de los individuos ante los procesos de cambio de su comunidad.
Porque...
No deseo una Catalunya que se defina únicamente en función de lo que no es y su diferencia con los otros.
No tolero una Catalunya en la que el poder de clase determine todo cambio, reforma o innovación.
Y mucho menos, una Catalunya repleta de “Millets”.


Sólo un ejemplo;
El 09/10/2010 tras cinco días recorriendo diversas comarcas de Catalunya, la II marcha de parados no es recibida en la Generalitat porque los sábados no trabajan.
Para la defensa del Estatut en colaboración con Ómnium Cultural sí estuvieron disponibles, en sábado precisamente.

Tal vez pudiera decirse que son temas distintos. No lo son.
Esta bipolaridad de clase no deja de ser un racismo, su hueso común es la exclusión y la violencia simbólica. Su único fin la reproducción.
Es ideológica y estructural.
Legitima lo que consideramos deber y obligación, qué es educar, "autonomía" o "flexibilidad", hasta qué es una guerra y qué es "War"...
En definitiva, lo que no vemos y lo que nos permitimos ver.

Un sindrome que abarca todas las esferas de acción y pensamiento.
¿Recuerdan la aplicación del Plan Bolonia? 
Hace poco más de un año, y allí,  "explicaron" a la comunidad dónde termina la expresión de un malestar al que hacen oídos sordos y dónde comienza el delito.

La historia fraudulenta no soporta la confrontación con la imagen


La respuesta a este embrollo pasa por la necesaria conciencia de clase y la cohesión.

1 comentarios:

Carol dijo... / domingo, 07 noviembre, 2010  

Me ha gustado mucho esta entrada.

Gracias

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