"Quizás son otras las razones últimas de esta decisión. Quizás los miembros del Consejo Social han llegado a la conclusión que los estudiantes de África y América Latina que deciden estudiar en nuestra casa son una clase de anacronismo inútil, dado que el destino “natural” de la gente que proviene de estos países consiste en devenir mano de obra barata y poco cualificada. O quizás consideran que nuestra política académica debe consistir en formar únicamente las élites de estos países para que puedan reproducir eficazmente su condición y mantener bajo control una mayoría inculta y explotada. Sean cuales sean las explicaciones, las rechazamos todas y cada una de ellas; nos negamos a aceptar que nuestra universidad pública derroche su –ya malograda, quien sabe si irreparablemente- legitimidad en nombre de una decisión perversa y miserable que desacredita a toda la comunidad universitaria. Rechazamos la indignidad, paremos la pifia."
Declaración del Grecs -Grup de Recerca en Exclusiò i Control Socials de la Universitat de Barcelona-
La traducción anterior es la conclusión del GRECS sobre el aumento de las tasas universitarias para los extranjeros.
Dicha medida ha sido tomada por la Comisión Económica del Consejo de Gobierno de la Ub a fecha 6 de Julio de 2010 y reforzando la decisión tomada el 26 de Abril por el Consejo Social.
En esta se acuerda multiplicar por dos el precio de la matricula universitaria a los alumnos que no pertenecen a la Unión Europea.
Una nueva vuelta de tuerca para el Plan Bolonia.
Una paradoja.
Si tomamos el discurso actual que dice concebir la Educación como una fuerza de cambio y cohesión social, que debe adaptarse a las necesidades del s.XXI, socializar el conocimiento y las herramientas que nos permitan generarlo y entenderlo, en esta Aldea Global.
Pero, el conocimiento es poder y la política tiene su propia lógica, a favor siempre de la tecnocracia y los designios del mercado.
Esta no es la imagen de una universidad abierta al mundo. Es la universidad que ya conocíamos, la de los patricios oligofrénicos. La que provee un servicio excluyente y exclusivo que asocia titulación y estatus, donde el conocimiento es secundario a la búsqueda de relaciones.
La que en lugar de invertir en investigación ampliará el parking para los Audi de sus estudiantes y su dedicación exclusiva a la universidad. No sea que bajen de su atalaya y se los coma el lobo.
También supone una contradicción que limita enormemente el desarrollo. Una institución que genera saber sobre la integración de “minorías culturales” se sumerge en el prejuicio mediante políticas excluyentes. Busca su perpetuidad en base a un poder institucional cada vez más magullado. Reniega de los modelos de emancipación cultural, los cuales demuestran con hechos que la participación de personas de distintas culturas en los organismos de dirección y gestión contribuye a mejorar el autoconcepto, integración y rendimiento de las minorías, pero sobre todo, promueve instituciones más equitativas.
Con estas políticas de exclusión la Universidad se hace cada vez más innecesaria para la vida, para la educación y formación. Sin embargo no hemos de perderle la pista y tener cuidado de su supuesta legitimidad como productora de conocimiento… sobre el mundo y sobre los otros.
Su retina está demasiado contaminada por intereses mercantiles y de clase.
De todos modos, lo más grave es que en este proceso de decisión vertical nadie alce la voz, y que quienes lo hagan como lo hace el GRECS, sean silenciados.
Per Una Universitat Digna i Democratic A. GRESC
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