Algo que suelo criticar en mi fuero interno es la falta de implicación de los pedagogos, terapeutas, personal técnico de educación que juzga desde fuera.
La escasa implicación en el aquí y ahora y la lejanía reflexiva, oportuna pero no incisiva.
Ni el “supuesto crecimiento personal” nos libera de este producto social e institucional que somos y a veces podemos confundir la defensa de un código ético “universal” con las habilidades de encantador de víboras. Con la diplomacia y siendo políticamente correctos seguimos auto-limitándonos.
Tocando sin llegar a tocar.
Es la sensación que suelen tener muchos profesionales de la educación cuando buscan consejo en pedagog@s y psicopedagog@s. Quieren soluciones y no divagaciones. Esto es muy lícito y es el profesional a quien recurren el que debe ser lo bastante inteligente para no hacer pruebas sino ser incisivo respecto a las necesidades del otro u otra.
Lo veo en mis posts tratando cuestiones que creo relevantes y que tienen su enlace efectivo en nuestro aquí y ahora, sin demasiados rodeos, intentando generar, al menos, duda. Pero al final, tocando sin llegar a tocar.
Y continuaré haciéndolo si me parece oportuno pero con algo más. Para empezar me traigo ese ejercicio de realidad al blog.
Porque hoy…
Sé que la Pedagogía no son sólo valores, pero sin valores no es absolutamente nada.
Sé que la Pedagogía necesita realidad, pero si yo fuese realista no habría hecho Pedagogía.
Y no hablaré generalizando, sino con propiedad.
Creo que esta postura me coloca voluntariamente en el lado de los vencidos reclamando un trato justo.
Sin embargo, muchos educadores/as, gente dedicada al ámbito social pueden empatizar con esta idea o sentimiento.
Y si encontramos luz al final del túnel pasa por contarnos. Por el Compromiso y el trabajo constante.
Aceptar los éxitos y las frustraciones permitirnos compartirlo.
Poner el acento en el proceso, no en la meta. Ésta llegará.
Seguir caminando… Walking on by
¿Me explico?
La escasa implicación en el aquí y ahora y la lejanía reflexiva, oportuna pero no incisiva.
Ni el “supuesto crecimiento personal” nos libera de este producto social e institucional que somos y a veces podemos confundir la defensa de un código ético “universal” con las habilidades de encantador de víboras. Con la diplomacia y siendo políticamente correctos seguimos auto-limitándonos.
Tocando sin llegar a tocar.
Es la sensación que suelen tener muchos profesionales de la educación cuando buscan consejo en pedagog@s y psicopedagog@s. Quieren soluciones y no divagaciones. Esto es muy lícito y es el profesional a quien recurren el que debe ser lo bastante inteligente para no hacer pruebas sino ser incisivo respecto a las necesidades del otro u otra.
Lo veo en mis posts tratando cuestiones que creo relevantes y que tienen su enlace efectivo en nuestro aquí y ahora, sin demasiados rodeos, intentando generar, al menos, duda. Pero al final, tocando sin llegar a tocar.
Y continuaré haciéndolo si me parece oportuno pero con algo más. Para empezar me traigo ese ejercicio de realidad al blog.
Porque hoy…
Sé que la Pedagogía no son sólo valores, pero sin valores no es absolutamente nada.
Sé que la Pedagogía necesita realidad, pero si yo fuese realista no habría hecho Pedagogía.
Y no hablaré generalizando, sino con propiedad.
Creo que esta postura me coloca voluntariamente en el lado de los vencidos reclamando un trato justo.
Sin embargo, muchos educadores/as, gente dedicada al ámbito social pueden empatizar con esta idea o sentimiento.
Y si encontramos luz al final del túnel pasa por contarnos. Por el Compromiso y el trabajo constante.
Aceptar los éxitos y las frustraciones permitirnos compartirlo.
Poner el acento en el proceso, no en la meta. Ésta llegará.
Seguir caminando… Walking on by
¿Me explico?
1 comentarios:
Un bon post. Jo penso que és molt cert el que dius; el difícil és practicar-ho.
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