Re-Load

2 semanas sin conexión.
No es el fin del mundo, ni padezco síndrome de abstinencia… pero lo pago.

Tampoco hay culpables pero mucho menos responsables. Puedo afirmarlo porque me he enterado de una primicia:
Movistar no es una compañía de telecomunicaciones, eso sólo es una “tapadera”, en realidad se dedican a la astrología.
Si tienes un problema con su servicio solucionarlo depende del cosmos.
Las ondas se propagan por el aire… y ¿de quién es la atmósfera?.
-De Telefónica
No… todavía no.
-De nadie. Así que como es un terreno sin legislar se presta a todo tipo de experimentos y sobre todo a no mover el culo mientras tengan alguna duda razonable que plantear al usuario.
Como por ejemplo:
¿Ha comprobado los cables?
-Si
¿Los ha comprobado bien?
-Gñé…

De este modo estimulan que te conviertas en Sherlock Holmes, cosa que no me desagrada puesto que es mi máquina. Pero, cuando todos los cables están en su sitio, verificados y recontraverificados, no ha habido cambios de hardware ni software, antes conectaba y ahora no…

Elemental querido Watson todo apunta a que debe ser la conexión.

Bueno, pues no.
Te recomendarán que cambies el cable del router, el router mismo, el sistema operativo, la roseta del teléfono o que hagas el pino para buscar señal…

Mi indignación llegó a tales cotas que por vez primera me encontré mirando al cielo y hablando con ÉL, ese ente o fuerza trascendente que todo lo ve y todo lo puede, al que acudimos en nuestro pensamiento cuando las cosas no funcionan…


AYUDAME SUPERMAN!!
(Es lo que tenemos los agnósticos confusos, que mezclamos iconos)

Si hay algo que me harta no es sólo que dispongamos de una conexión especialmente cara debido a un monopolio establecido por las tres compañías fuertes que pactan precios, limitan acceso y velocidad, además de ahogar a la “pequeña” competencia.
O que las grandes compañías de hardware y software sigan poniendo en dificultades el proyecto de Negroponte causando su retirada a un segundo plano.
Que una de las condiciones del desarrollo occidental sea aumentar la brecha tecnológica y por lo tanto las distancias entre mundo DES-arrollado y SUB-desarrollado.
Que sigamos llamándolas Nuevas Tecnologías cuando Internet tiene 50 años, algo más de 10 entre nosotros y la dichosa etiqueta las convierta en un artículo de lujo no en un derecho universal de acceso a la información.
Que en la escuela no se desarrolle ningún contenido que implique el aprendizaje crítico de los medios audiovisuales pero, sin embargo, los chicos hablen cada día de lo que han visto en televisión, youtube o cualquier web.
Que sigamos recibiendo SPAM telefónico desde latitudes iberoamericanas, sábados y domingos incluidos. En mi caso, precisamente de MoviStar.

Y seguiría sumando, pero…
Lo que al final destapa la caja de los truenos y pone toda esa maquinaria en funcionamiento es el tipo o tipa que coge el teléfono y destina toda su energía en encontrar la excusa oportuna para no mover un dedo. Eso, también es una decisión de empresa.
En esta maraña deberíamos prestar atención a las palabras de N. Negroponte a su sucesor “ver el mundo como una misión, no como un mercado”.


Síndrome de pedagogo

Algo que suelo criticar en mi fuero interno es la falta de implicación de los pedagogos, terapeutas, personal técnico de educación que juzga desde fuera.

La escasa implicación en el aquí y ahora y la lejanía reflexiva, oportuna pero no incisiva.
Ni el “supuesto crecimiento personal” nos libera de este producto social e institucional que somos y a veces podemos confundir la defensa de un código ético “universal” con las habilidades de encantador de víboras. Con la diplomacia y siendo políticamente correctos seguimos auto-limitándonos.
Tocando sin llegar a tocar.

Es la sensación que suelen tener muchos profesionales de la educación cuando buscan consejo en pedagog@s y psicopedagog@s. Quieren soluciones y no divagaciones. Esto es muy lícito y es el profesional a quien recurren el que debe ser lo bastante inteligente para no hacer pruebas sino ser incisivo respecto a las necesidades del otro u otra.

Lo veo en mis posts tratando cuestiones que creo relevantes y que tienen su enlace efectivo en nuestro aquí y ahora, sin demasiados rodeos, intentando generar, al menos, duda. Pero al final, tocando sin llegar a tocar.
Y continuaré haciéndolo si me parece oportuno pero con algo más. Para empezar me traigo ese ejercicio de realidad al blog.

Porque hoy…

Sé que la Pedagogía no son sólo valores, pero sin valores no es absolutamente nada.
Sé que la Pedagogía necesita realidad, pero si yo fuese realista no habría hecho Pedagogía.

Y no hablaré generalizando, sino con propiedad.

Creo que esta postura me coloca voluntariamente en el lado de los vencidos reclamando un trato justo.
Sin embargo, muchos educadores/as, gente dedicada al ámbito social pueden empatizar con esta idea o sentimiento.
Y si encontramos luz al final del túnel pasa por contarnos. Por el Compromiso y el trabajo constante.
Aceptar los éxitos y las frustraciones permitirnos compartirlo.
Poner el acento en el proceso, no en la meta. Ésta llegará.
Seguir caminando… Walking on by
¿Me explico?


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...